jueves, 7 de agosto de 2014

Esto de qué va

Años de soportar el particular vegetarianismo de mis padres (particular por ser fina) y convencida de que algo falla en mi alimentación, me han llevado a investigar.

Cuando estaba decidida a ser macrobiótica y tenía la despensa llenita de algas y otras guarrerías, me quedé preñada. Y con tanto asco y tanta gomitera, no hubo más remedio que rendirme a la evidencia: todo, todo, me hacía revolvía el estómago. Lo único que me sentaba bien era la fanta de naranja y los dónuts de azúcar. Todo muy sano y ecológico.

De eso han pasado ya tres años y medio. Mis dos hijas crecen sanas y estupendas, y en estos tres años yo me he pasado un total de:

- 18 meses vomitando, con asco por todo lo que huelo, con el estómago del revés y con una dieta tirando para chunga. Con extremadas necesidades de comer dulce (a los dónuts me remito)

- 14 meses (11 con Ivet, 3 y lo que me queda con Nàdia) dando teta. Y eso significa que tengo una hambre canina todo el día y me hincharía a tapitas de fuet y olivas con cerveza. Gracias a Dior, me apetece menos el dulce.

Total, que parece que ya es el momento de volverme al tema. Leo mucho, encuentro recetas muy chachis, hago pan de espinacas y leche de arroz, y en la mismas se me olvida todo. Así que creo este blog para tener aquí almacenada toda la información posible, ya que en mi cabeza no cabe (creo que es porque soy rubia de bote).

Y si a alguien le sirve, pues mira que bien. Espero que a mi madre, que la mujer se cuida.

Tengo una Thermomix que es el mejor regalo que me han hecho por siempre jamás amén.

Ah, y lo del título. espero comer bien pero sin volverme una radical de la pradera con estos temas, que hay mucho gurú de la dieta por ahí suelto. Y yo no pienso renunciar a lo vermuts en terraza frente al mar, ni a otros placeres de la vida relacionados con llenar el buche.

¡Faltaría más!


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